Se trata de pintar sobre la pared, y en un color que resalte, el frente de una cómoda o mesilla.
Donde iría la tabla de la mesa colocas un pequeño estante del mismo color en el que has pintado el frente y las patas. El resultado es espectacular. Si, por ejemplo, decides realizarla en el recibidor, la repisa te dará espacio extra para las llaves, el móvil, un pequeño objeto decorativo… y junto a ella un paraguero y un perchero te vestirán la estancia de forma única.
¿No es genial?
Imagen: trucoideas.com
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